jueves, 16 de enero de 2014

El hijo martiniqués de Brindis de Salas y sus otros presuntos vástagos.

Claudio José Domingo Brindis de Salas y Garrido. © Colección Museo Fratelli Alinari, Florencia (Italia).
La vida efervescente y truncada del "Paganini negro" continúa para muchos siendo un interés de primera, tanto en lo que respecta a su arte como a su vida privada. Muchas incógnitas aparecen en la biografía del célebre intérprete y compositor Claudio José Domingo Brindis de Salas Garrido, y entre ellas la de su progenitura; a un total de cuatro o cinco vástagos se le asocian la paternidad del "Rey de las octavas". Desgraciadamente, hasta el día de hoy, podemos afirmar con certeza que uno sólo de esos cuatro o cinco hijos haya existido o declarado real y legalmente.
Ciertos investigadores y periodistas sostienen que Brindis de Salas tuvo un matrimonio con una dama de la extinta Prusia y que de esa unión dos o tres hijos varones vieron la luz; incluso, el propio Brindis en una carta dirigida al director del diario La Nación, en 1889, da testimonio de la existencia de una familia alemana:
"Señor Director de La Nación. Parto mañana a reunirme con mi familia en Berlín, y deseo, antes de dejar estas playas de las que conservaré dulce recuerdo, expresar a la prensa de Buenos Aires cuán profunda gratitud llevo en el alma por la benevolencia con que me ha juzgado como artista, y por la consideración con que me ha tratado personalmente."[1] 
Tanto de la dama prusiana como de los dos o tres hijos, hasta hoy, no existe huella alguna que pueda sentenciar la existencia o no de la familia germana; la escasa información con que contamos dificulta seriamente la investigación de esta parte oscura de la vida de Brindis de Salas.
Hay quienes afirman o retoman la información no verificada, como la del periodista Máximo Sánchez en el The Pittsburg Courrier de 1949, donde nos dice que el matrimonio alemán fue infeliz rápidamente, que Brindis abandonó el hogar dejando tres hijos, una hembra y dos varones, de los cuales nunca más se ocupó ni volvió a ver. También comenta como ambos hijos varones habían sido miembros activos del partido nazi durante la Segunda Guerra Mundial [2], información no muy coherente visto que toda descendencia de Brindis sería forzosamente mestiza, aspecto incompatible con la ideología nazi.
También ciertos investigadores han sugerido la posibilidad de que la poetisa uruguaya Virginia Brindis de Salas forme parte de la progenitura del violinista cubano, pero al parecer Iris Virginia Salas Rodríguez, de su verdadero nombre y apellidos, nacida en Montevideo, el 18 de setiembre de 1908, era hija de José Salas y María Blanca Rodríguez. Se dice que la poetisa uruguaya agregó al apellido paterno el "Brindis" de quien su padre decía ser primo del "Paganini negro" habanero.
Virginia Brindis de Salas (Montevideo, 1908–1958).
Otra evidencia que demuestra la poca posibilidad de filiación entre el músico cubano y la poetisa uruguaya es la fecha de nacimiento de esta última. En efecto, el violinista cubano entre 1905 y 1910 estuvo de gira por toda la península Ibérica y Portugal, salvo los viajes realizados en 1902 a La Habana y Santa Cruz de Tenerife, y en 1908 a New York como lo demuestra una cronología de sus actuaciones entre esas fechas. No es hasta después de su viaje y concierto en Ronda, Málaga, en 1911, que Brindis de Salas toma rumbo a Argentina para morir allí ese mismo año.

Louis Joseph Virgile Claude Brindis de Salas.

El viernes 28 de junio de 1878, el músico cubano llega a Saint-Pierre (Martinica) en el vapor "Cacique", proveniente de Santo Tomás (Barbados), la isla Margarita (Venezuela) y La Habana (principal puerto de salida). Veintitrés días después, el sábado 20 de julio, Brindis de Salas, de 26 años, contraía matrimonio con la señorita Marguerite Rose Hortense Fouché, de 24 años, sin profesión, domiciliada y nacida en esa ciudad, el 19 de marzo de 1854. Diez meses más tarde, el 12 de mayo de 1879, a las cinco de la tarde, nacía de esta unión un varón, Louis Joseph Virgile Claude Brindis de Salas; su padre, ausente, andaba lejos, seguramente interpretando la Cavatina de Raff o la Polaca en re mayor de Wieniawski en el Teatro y Circo del Príncipe Alfonso de Madrid.
El hallazgo del matrimonio de Brindis y Hortence, así como el nacimiento del hijo Claude, lo debemos al escritor e investigador cubano Rogelio Saunders, quien desenterró para la historia biográfica del músico cubano las actas de matrimonio y nacimiento, traducidas y publicadas en 2006 en la revista digital "La Habana Elegante", que edita el amigo Francisco Morán.
¿Cómo y cuándo se conocieron Hortense y Brindis?
¿Acaso venía el músico cubano expresamente para concluir una boda ya programada de antemano, visto la precipitación?
Probablemente, visto que los esponsales se llevaron a cabo sólo veintitrés días después de su llegada a la isla caribeña. Algún tiempo se dio el apresurado músico-viajante de consumar el matrimonio, engendrar una descendencia y dar dos o tres representaciones antes de tomar rumbo nuevamente hacia Europa seis meses después.
¿En esa agitación de viajes y conciertos, llegó Brindis de Salas a volver a ver a su familia antillana, a conocer el hijo nacido durante una larga ausencia? ¿Pese a sus incesantes viajes, el matrimonio con Hortense tuvo una cierta estabilidad y continuidad? ¿Y el pequeño Claude, volvió a ver alguna vez a su padre?
¿Por qué en la carta fechada del 31 de octubre de 1889 al director de La Nación y publicada en dicho periódico dos días más tarde Brindis de Salas expresa el deber de partir hacia Berlín donde le espera su familia alemana? ¿Acaso el artista practicaba la bigamia y la mentira manteniendo dos familias diferentes, separadas por un océano? o ¿Tal vez, y para aquel entonces, ya había abandonado definitivamente su familia martiniquesa y había reconstituido un nuevo hogar, una nueva familia bajo el signo del "Segundo Reich"?
Si tal fue el caso, el divorcio con Hortense tuvo que haberse realizado después de julio de 1884, fecha en que la Tercera República francesa restablece la ley de divorcio luego de 68 años de haber sido abrogada por el régimen de la Restauración; eso sí, sin restablecer el divorcio por consentimiento mutuo.
Es evidente la incompatibilidad de Brindis con la vida familiar. La pobre Hortense morirá, el 8 de mayo de 1902, víctima del seísmo provocado por el volcán la Montagne Pellée que devastaría la ciudad de Saint-Pierre de Martinica y que dejaría huérfano de madre al joven Claude de 23 años, quien pudo salvarse de la catástrofe. La información sobre el  fallecimiento de Mme Brindis de Salas la encontramos en una carta que ésta dirigió dos días antes de su muerte, el 6 de mayo, a Mme Josa, pariente de su hermano Rodolphe Fouché, alcalde de Saint-Pierre.
"Saint-Pierre, 6 de mayo de 1902
Mi querida Marguerite,
Agradecemos mucho vuestra amable proposición, pero no pudiendo abandonar la casa, esperaremos con resignación y sumisión la voluntad de Dios, la muerte prematura.
Los besamos a todos, quizás por última vez.
Vuestra piadosa prima.
H. Brindis de Salas, nacida Fouché."
 [3]
¿Dónde andaba el Caballero Brindis de Salas cuando ocurrió la catástrofe? Quizás muy cerca, en La Habana, donde según fuentes, ese mismo año ofreció un concierto en el Teatro Principal. Quizás en Tenerife, en el Teatro de Santa Cruz, donde también ése mismo año había regresado dos veces. ¿Quién sabe? Lo cierto es que al parecer no guardó ninguna relación con Hortence y Claude, su hijo martiniqués.
Recientemente, mi incesante testarudez se vio recompensada con unas notas de algunos diarios parisinos, en la que Claude Brindis de Salas, único hijo hasta ahora probado del Rey de las Octavas, se daba a relucir.[4]
El Bien Público, Mahon, 19 de febrero de 1889.
El adolescente Claude, arruinado y huérfano a causa de la catástrofe de Saint-Pierre, había sido enviado a París, en 1892, para realizar estudios y convertirse en fabricante de pianos, como consta en los archivos de la ciudad de Saint-Pierre de Martinique. Catorce años más tarde, encontramos aún en París al joven Brindis, de 27 años, definitivamente formado como afinador de pianos y ejerciendo como tal en la capital francesa, donde vivía, junto a su novia Marthe Clément de 21 años, en el número 20 de la rue des Abbesses, en las faldas del célebre barrio de Montmartre.
En la mañana del 11 de julio de 1906, los inspectores de policía Le Cointe y Hingant, interpelaban a tres traficantes, sorprendidos in flagranti cuando se disponían a pagar con falsa moneda en un comercio cercano al domicilio de Claude. Hacía algún tiempo la policía parisina andaba detrás de diferentes bandas de falsificadores de moneda que fabricaban en España y blanqueaban en Francia gracias a una red de múltiples personas. Entre los traficantes se encontraba Claude, hijo de Brindis de Salas, su novia y un cómplice llamado Alfred Roussel de 28 años, comerciante y vecino del hijo Brindis.
Cuenta la prensa de la época [5] que la policía comenzó a sospechar de las acciones de Claude Brindis de Salas, cuando en repetidas ocasiones logró poner en circulación la falsa moneda de los traficantes españoles. El joven afinador de pianos, quien pretendía no estar al corriente de la falsedad de dichas monedas, al parecer recurría con frecuencia a diferentes farmacias del barrio en busca de pequeñas dosis de Permanganato de potasio que pagaba con la falsa moneda. El 2 de julio, días antes de su arresto, Claude se presentaba a una farmacia de la rue Lepic donde pagaba con una pieza falsa de un franco, diez céntimos del preciado permanganato; y así, sucesivamente repetía la compra en otras farmacias y comercios del barrio.
La Lanterne, París, 30 de diciembre de 1906.
Desde el 11 de julio hasta el 29 diciembre de 1906, fecha del juicio, permaneció encarcelado Virgile Claude Brindis de salas. Frente al juez de la Cour d'Asisses de la Seine, el joven Brindis y su abogado Léonce Richard alegaron el desconocimiento de la falsedad de dichas monedas. Claude, ante la instrucción pretendió haber obtenido las monedas falsas de la siguiente manera:
Encontrábase una noche en un café de la Place Clichy y un individuo que él conocía solamente de vista se le acercó y le pidió de favor ir a tirar en una alcantarilla cercana un rollo de cien piezas de falsas monedas de un franco, pretextando no poder hacerlo él mismo ya que se sabía vigilado por la policía. Claude tomó el rollo de monedas y, una vez en su casa, le parecieron que no eran falsas. Agregó además que de las cien monedas sólo utilizó unas treinta y que el resto las lanzó por la ventana el día en que la policía requisó su apartamento.
Al parecer el gusto por el permanganato de potasio salvó al joven Brindis a quien el juzgado absolvió de dicha acusación.
Le Petit Parisien, Paris, 29 décembre 1906.
Después de este incidente, relatado en muchos diarios de la época, la huella de Claude Brindis de Salas se esfuma y se pierde en la inmensidad del tiempo. ¿Qué fue de su vida posteriormente? ¿Tuvo descendientes?
En un "Boletín de la Unión Velocípeda de Francia" de mayo de 1914, días antes que se declarara la Primera guerra Mundial, encontramos que entre los candidatos a integrar dicha Unión está nuestro Claude Brindis de Salas, domiciliado en el número 7 de la rue de Calais en el noveno distrito de Paris, a la frontera del histórico barrio conocido bajo el nombre de "Nouvelle Athènes", a dos pasos de donde viviera el compositor francés Hector Berlioz. [6]
¿Qué se hizo Claude después de la primera contienda mundial? ¿Sobrevivió a los nueve millones de soldados caídos en combate?
Encontramos, en el "Moniteur de la papeterie française et de l'industrie du papier", del 1 de noviembre de 1921, la creación de la "Sociedad Minerva, Brindis de Salas y Odeide de Sénicourt", cuya razón social estaba formada en una Sociedad de nombre colectivo para la explotación de un comercio de imprenta y papelería situado en el número 14 de la rue Vauvenargues y de un capital de 28 mil francos. [7]
¿Sería este Brindis de Salas nuestro Claude? La probabilidad es casi segura, pero por el momento no se puede confirmar a falta de elementos contundentes. Veamos lo que nos depara el futuro de esta investigación y el de otras que se llevan a cabo.
Mientras más hurgamos en las zonas oscuras de la biografía del caballero Brindis de Salas, nos damos cuenta de lo conflictiva que fueron sus relaciones con cada una de las posibles familias que fundó. El hecho de que a su muerte, en la lejana Casa de Beneficencia de Buenos Aires, ninguno de los integrantes de su familia se hayan manifestado y recuperado el cuerpo deja mucho que pensar acerca de la relación con sus hijos. Queda mucho por descubrir; esperemos que otros hallazgos se presenten para completar esta historia, la del Paganini negro, muerto en la más absoluta miseria y olvidado de todos, incluso, de su propia progenitura.

© Javier de Castromori
Montpellier, 15 de enero de 2013.

Nota:
Con este post quisiera llamar la atención del lector L.E. Salas, quien en el post de este mismo blog ICONOGRAFIA CUBANA XIX : "¡Sí, soy Brindis de Salas. Pero me muero..!" del 20 de enero de 2010, manifestaba en un comentario: "Este Señor es mi great great great grandfather." ¿Podría, por favor, explicarnos el parentesco? Puede escribirnos a: memorandumhojasdeprensa@gmail.com

Referencias consultadas:
[1] Rogelio Saunders, "Los descendientes de Brindis de Salas.", La Habana Elegante, primavera-verano de 2006.
[2] Máximo Sánchez, "Claudio Brindis de Salas. One of the world’s greatest violinists.", The Pittsburg Courrier, 19 de noviembre de 1949, p. 7
[3] Jean Hess, "La catastrophe de la Martinique : notes d'un reporter.", Fasquelle, Paris, 1902. p. 249
[4] Diarios parisinos consultados: Le Figaro, París, 11 de julio de 1906; Journal des débats politiques et littéraires, París, 12 de julio de 1906; Gil Blas, París, 29 de diciembre de 1906; La Presse, París, 29 de diciembre de 1906; Le Petit Parisien, París, 29 de diciembre de 1906; L'Intransigeant, París, 29 de diciembre de 1906; Le Petit Journal, París, 29 de diciembre de 1906; Le Matin, París, 29 de diciembre de 1906; La Lanterne, París, 30 de diciembre de 1906.
[5] Idem. referencia [4].
[6] Bulletin officiel de l'Union vélocipédique de France, París, mayo de 1914, p. 94
[7] Moniteur de la papeterie française et de l'industrie du papier, París, 1 de noviembre de 1921, p. 702