Portada de Cuba y América (1897-1917). |
Con el fin de las guerras independentistas, la primera intervención norteamericana y la instauración de la República en 1902, mucha poesía civil se publica en Cuba. Una generación de poetas denominados "de 1902" volvía del destierro o de la manigua, llevando consigo los mismos módulos líricos del siglo XIX e impulsados por la ilusión patriótica y el sentido civil republicano. Nuestra literatura se muestra entonces tradicionalista, permeada de una poesía académica y de mal gusto. Pero a pesar de esto, hacia 1910, un intento de renovar este tipo de literatura comenzó a vislumbrarse entre los jóvenes intelectuales que más tarde se les llamaría la "primera generación republicana".
Pocas publicaciones literarias tuvieron a mano los escritores cubanos de la primera década del siglo para dar a conocer sus producciones. Sólo tres revistas fundadas durante la colonia continuaron a publicarse : El Fígaro (1885-1933), Cuba y América (1897-1917) y Cuba Libre (1899-1910). Otras nacieron junto a la República como Azul y Rojo (1902-1905) y Letras (1905-1914). Ninguna de las publicaciones aquí mencionadas eran estrictamente literarias, a excepción de Letras, la cual publicaba además de literatura, crónicas sociales y encuestas sobre problemas cubanos de actualidad, que recogían opiniones de personalidades políticas de la época.
La revista semanal que gozaba de mayor circulación y prestigio era El Fígaro, que llevaba largos años de vida, pues había sido fundada en 1885 por Manuel Serafín Pichardo (1865-1936) y Ramón Agapito Catalá y Rives (1866-1941), bajo el lema de "Semanario de Sports y de Literatura".
Fue El Fígaro durante muchos años el epicentro de todos los que en La Habana cultivaban las letras, así como de todo escritor extranjero que visitaba la capital. Nunca desdeñó el papel informativo de una revista ilustrada y ofreció acontecimientos de importancia revelando un gran trabajo periodístico. Por el advenimiento de la República en 1902, esta revista dedica un número especial que contaba con una serie de rotograbados de las festividades tanto en la capital como en las provincias. Durantes los primeros años republicanos El Fígaro continuó su labor literaria, pero al mismo tiempo fue ampliando el espacio dedicado a los problemas de actualidad, tanto culturales como sociales y políticos de Cuba y también del extranjero.
En sus páginas se podían leer además de las númerosas poesías, cuentos, crónicas, fragmentos de novelas, artículos de crítica e historia literaria, notas bibliográficas y trabajos de carácter histórico. También se publicaban notas sobre actividades culturales, así como crónicas deportivas y sociales ampliamente ilustradas; se destacaron los certámenes poéticos y de belleza auspiciados por la revista y las encuestas sobre candentes problemas de actualidad. En sus páginas colaboraron, prácticamente, todas las figuras de las letras cubanas de aquellos años, así como algunos conocidos escritores hispanoamericanos.
Manuel Serafín Pichardo (1865-1936). |
Cuba y América, fue fundada en Nueva York en 1897 por Raimundo Cabrera y Bosch (1852-1923). En sus comienzos newyorkinos esta publicación se presentaba como periódico quincenal, dedicado a los países hispanoamericanos, con un contenido que abarcaba la política, los temas de interés general, la crítica sátira y las ilustraciones y caricaturas.
Con el cese de la dominación española, la publicación comenzó a imprimirse en La Habana en 1899, bajo el subtítulo de "Revista ilustrada". A partir de este momento y hasta octubre de 1900, su periodicidad fue quincenal. Sus redactores eran Nicolás Heredia y Leopoldo Cancio y como director artístico, el ilustrador y caricaturista Ricardo de la Torriente. También a partir de esta fecha su formato se hizo más pequeño y adquiere una proyección más universal, publicando traducciones, temas científicos, novelas europeas, etc. En enero de 1901, su formato se agranda nuevamente, así como se amplía también su consejo de redacción, formado esta vez por Adrian del Valle, Fernando de Zayas, Antonio González Curquejo, Jesús Castellanos, Ramón Mesa y Ramiro H. Portela. También comienza a aparecer este mismo año una edición semanal, independiente a la edición corriente, que publicó entre otros temas poesía, crónicas teatrales y novelas como Francisco de Anselmo Suárez y Romero.
Durante la primera intervención norteamericana Cuba y América mostró las variaciones de este proceso, con una actitud de vigilancia ante los actos de la intervención y la política desarrollada por el general Wood.
Desde diciembre de 1901 volvía a ser una publicación semanal, lo que daba una mayor actualidad a sus comentarios. Muestra de esto fue la campaña de elección del primer presidente de la República. Cuba y América apoyó desde sus páginas al candidato y futuro presidente Tomás Estrada Palma, comentando "Los dos Manifiestos", el de este último y el de Bartolomé Masó. La revista declaró que el manifiesto de Estrada Palma, a diferencia de el del general Masó, era original y propio, muy discreto y generoso. Al mismo tiempo en las páginas de esta revista se recoge la agitación de aquel momento divulgando las opiniones de las figuras más destacadas del periodismo y el pensamiento cubanos.
De la revista Caras y Caretas, Buenos Aires, 1 de noviembre de 1924. |
Con la llegada del 20 de mayo de 1902, Cuba y América dedica un número especial a la instauración de la República en el que aparecen artículos examinando el desarrollo de la nacionalidad cubana y sus hechos más trascendentales. Durante los primeros años republicanos hasta el cese de su publicación en 1917, esta revista fue cada vez más una publicación de información más que de opinión. Mantendrá una actitud discreta y una posición conservadora, pero atenta siempre a los vaivenes políticos de la nueva nación.
Cuba y América mantuvo durante toda su existencia, un gran interés en la divulgación literaria de los escritores cubanos más destacados. Mucha producción literaria, aún inédita, se reprodujo en sus páginas : Mis doce primeros años y el Viaje a La Habana de la Condesa de Merlín; Milanés y su época, de Eusebio Guiteras, las poesías de Juaquín Lorenzo Luaces, así como otras obras.
Cuba y América no sólo fue una revista de carácter intelectual, en ella se publicaron informaciones y noticias de todos los acontecimientos nacionales e internacionales. También cabe decir que esta publicación introdujo el estilo del "magazine" popular norteamericano y utilizó abundantemente el grabado, las ilustraciones, los retratos y las caricaturas.
Otra de las revistas llamadas "literarias" que pasó el siglo XX fue Cuba Libre, fundada en La Habana en 1899 y dirigida por Rosario Sigarroa. Esta publicación en sus comienzos se presentó como "Semanario ilustrado de política, ciencias, literatura y artes" y presentaba, entre otros, como redactores a Enrique José Varona y Alfredo Zayas.
En sus primeros números, este semanario dedicó un breve espacio a la literatura, pero poco a poco lo fue ampliando hasta llegar a ser casi por completo una revista literaria. En ella aparecieron trabajos literarios de Miguel de Carrión, Diego Vicente Tejera, Dulce María Borrero, Bonifacio Byrne y Mercedes Matamoros. Un aspecto característico de esta revista, fue la publicación de poemas y fragmentos de obras de las principales figuras del modernismo en América Latina. El cese de su publicación ocurre en febrero de 1910.
Con la nueva República cubana, dos otras revistas de carácter literario se presentan al público capitalino : Azul y Rojo y Letras. Ambas publicaciones a pesar de la corta vida que gozaron, muestran elementos interesantes para el conocimiento del estado de nuestra literatura a principios del siglo XX.
Portada de Cuba y América por el aniversario del nacimiento de José Martí. |
La primera de estas dos Azul y rojo, "Revista ilustrada", publicaba artículos de ciencia, arte, literatura e información gráfica de todos los sucesos de actualidad. Fundada por Miguel Angel Campa y Alfredo Montes en 1902, este semanario salía al público todos los domingos, editado primero en cuartos y después en cuadernos de folio. Esta publicación nace de la necesidad que tenían los noveles intelectuales de tener una tribuna propia, a pesar de que no les estaban vedadas las páginas de El Fígaro y de las otras revistas ya mencionadas. La portada de su primer número del 3 de agosto, representaba el primer presidente de la República Estrada Palma.
A partir del 3 de enero de 1904, apareció bajo el subtítulo de "Revista universal ilustrada", dirigida entonces por el escritor Miguel de Carrión y en la jefatura de redacción Jesús Castellanos. Tomás Gutierrez, que hasta este momento ocupaba la gerencia, asumió la dirección desde el 27 de marzo de ese mismo año, al separarse voluntariamente de la revista por "sus múltiples ocupaciones", Carrión y Castellanos.
Hacia noviembre de 1904, Azul y Rojo, hacía dos tiradas : una de lujo y otra popular. En sus páginas se leían bastantes trabajos de índole literaria como cuentos, poesía y crítica. También aparecían artículos sobre arte y otras cuestiones importantes de la actualidad política, social y educativa del país. Entre sus colaboradores contó con Aniceto Valdivia (Conde Kostia), Fernando Ortiz, Blanche Z. de Baralt, José M. Carbonell y Esteban Borrero Echeverría. El último ejemplar publicado de esta revista corresponde al 15 de junio de 1905.
Letras, última de las revistas reseñadas en este arículo, nace en 1905 bajo la dirección de Néstor Carbonell y Carlos Garrido. Su aparición, era quincenal y con un formato novedoso para la época. En el primer número sus directores señalaban que: "Letras no viene a llenar vacío alguno. Surge a la vida ignorando los vacíos de la vida. En nuestras páginas escribiran los literatos ya consacrados y los que a su vez serán consagrados. En nuestras páginas verán la luz el artículo profundo de estilo sereno y el cuento sutil de estilo sonoro y brillante; el verso todo fondo, todo cerebro, y el verso toda música, todo ala, todo alma [...]."
Raimundo Cabrera Bosch (1852-1923), fundador de Cuba y América. |
Entre el 15 de febrero de 1906 hasta diciembre de ese mismo año, la revista opera diferentes cambios, ya sea en su dirección, formato y frecuencia. Sus nuevos directores, los hermanos Néstor y José Manuel Carbonell manifiestan que "en nada a cambiado, que es la misma Letras de antes, literaria, independiente, sin escuela de arte que seguir ni partido político que defender".
Aparecían en las páginas de esta revista poesías, cuentos, artículos sobre temas históricos y de crítica e historia literarias, fragmentos de novelas y crónicas enviadas desde el extranjero. También dieron a la luz fragmentos de libros próximos a publicarse o de reciente publicación, así como prólogos de los mismos. Contaban entre los colaboradores escritores como Agustín Acosta, José Manuel Poveda, Manuel Márquez Sterling y Regino E. Boti. Además de la literatura, se leían en sus páginas la consabida crónica social y cuando el mes tenía cinco semanas, esta crónica aparecía en un suplemento de cuatro páginas. Hacia 1910 comienza a publicar, en páginas adicionales a la revista, sin numeración, unas "Páginas para las damas" cuyo contenido era preparado por Elisa María Bordas.
Letras deja de publicarse en octubre de 1914, para reaparecer cuatro años más tarde, el 5 de mayo de 1918, como "Revista universal ilustrada". Pero este nuevo intento se trunca el 25 de agosto de ese mismo año señalando sus directores que "los tiempos no le son propicios".
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