Cierto crítico, al hablar de Carmita decía: "Pasaba la canción típica por la boca de esta mujer morena, y se teñía en sus labios de una gracia tan viva, que uno pensaba era aquél el único acento que convenía, en absoluta perfección, a la jugosa pieza lírica."
A cada interpretación, Carmen Burguete impregnaba un estilismo perfecto que daba a la canción un espiritu muy suyo, recreándolo y añadiéndole nuevas luces. La rumba cobraba en ella suavidad e insinuación, voluptuosidad y medida. Y así paseaba su arte por Europa, al compás del "Frutero" de Lecuona, o del "Chivo que rompe tambó" de Simons, con una comicidad desbordante de picardía y donaire, exégesis y complemento.
Casada en 1935 al compositor Emilio Grenet, este solía a veces acompañarla al piano, con el muñón de su brazo izquierdo y el prodigio de su mano derecha, arrancándole al piano su más fina cadencia embriagadora. Carmita Burguete interpretaba así, con soltura pero con medida, muchos de los poemas afro-cubanos de Nicolás Guillén que Emilio Grenet había musicalizado allá en la década del 30.
Carmita Burguete en el escenario del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1935). |
"Quirino con su tres" (capricho afro-cubano). Letra de Nicolás Guillén; música de Emilio Grenet. Madrid, 17 de junio de 1935. |
Quirino con su tres;
la bemba grande,
la pasa dura,
sueltos los piés,
y una mulata que se derrite de sabrosura;
¡Quirino con su tres!
Luna redonda que lo vigila
cuando regresa dando traspié,
jipi en la chola, camisa fresa,
¡Quirino con su tres!
Tibia accesoria para la cita;
la madre, negra Paula Valdés,
suda, envejece, busca la frita;
¡Quirino con su tres!
Para escuchar cantar a Carmita Burguete en "El frutero" y "María la O" del maestro Ernesto Lecuona pinche aquí: ¡Al fin la voz de Carmita Burguete!