domingo, 15 de febrero de 2009

Las voces ocultas del Palais Garnier

La Opera Garnier, 1911. © BNF /Agence Rol.

Dejar una huella para las generaciones futuras fue, y aún es, una precupación del ser humano en su afán de memoria histórica. Recientemente se han rescatado de las profundidades de la Opera Garnier de París, una serie de urnas de cobre depositadas en 1907, con la cláusula de ser abiertas cien años más tarde. Dichas urnas atesoraron durante un siglo las voces y la armonía del quehacer artístico-musical del comienzo del siglo XX, marcando un hito en la conciliación entre las ciencias y las artes o más exactamente, entre la música y la tecnología.


Fotografía oficial de la ceremonia de 1907. © BNF
La aventura tuvo su principio cuando Alfred Clark, gran industrial estadounidense y presidente de la compañía francesa del Gramófono, pidió al director de la Opera de París, Pedro Gailhard de ayudarle a grabar las mejores voces líricas del momento. El director de la Opera, entusiasta con tal proyecto, aglutinó a los mejores tenores, contra-tenores, barítonos, sopranos y contraltos que con gozo prestaron sus voces en una experiencia que los conduciría a la inmortalidad. Es así que el 24 de diciembre de 1907, en las entrañas del «Palais Garnier», tiene lugar la ceremonia de inhumación de veinticuatro discos, presentados como el embrión de un museo de la voz. En un acta escrita por el ministro de la Instrucción Pública, Aristide Briand, comunica la voluntad del donante que dichas urnas no sean abiertas hasta pasado cien años y bajo los siguientes términos:

« […] con el fin de revelar a los hombres de esa época :
1° cuál era el estado de las máquinas hablantes, aun hoy día, casi a sus comienzos, y sobre todo, qué progresos hubieran mejorado esta maravillosa invención durante el curso de un siglo;
2° cómo eran entonces las voces de los principales cantatantes de nuestro tiempo y qué interpretación ellos daban de algunos de los pasajes más célebres del repertorio lírico y dramático


Urna n°1 de 1907 y la urna n° 3 de 1912 que fue quebrada. © BNF
Bajo esos términos, Alfred Clark obtuvo de la administración de Beaux-Arts, la autorisación de instalar en los subsuelos de la Opera de París, una sala perfectamente impenetrable en la cual se instalaron un gramófono y dos urnas de cobre con aspecto de grandes ollas de presión, en las que fueron colocados a manera de sandwiches y entre placas de vidrio los veinticuatro discos de Mr. Clark. Cada urna disponía de una pequeña válvula que permitió poner al vacío su contenido y así evitar la acción nefasta del aire.
En junio de 1912, Clark realizaría una segunda donación, incorporando a las ya existentes, dos nuevas docenas de discos y un gramófono situado en una urna más grande que garantizara la posibilidad de reescuchar los discos, pese a los inevitables cambios tecnológicos venideros.

Richard Wagner, Lohengrin, Acte III, Récit du Graal : "Aux bords lointains dont nul mortel n’approche", Paul Franz, ténor, avec accompagnement d’orchestre. Gramophone 032212 – Grabado en 1911. Charles Gounod, Faust, Acte III, Sérénade : "Vous qui faites l’endormie", Méphistophélès: Pol Plançon, basse, avec accompagnement d’orchestre. Gramophone 032048 – Grabado el 23 de enero 1906. Ludwig van Beethoven, Symphonie n° 6 en fa majeur Op.68 « Pastorale » I. Allegro ma non troppo, Musique de la Garde Républicaine. Gramophone 030110 – Grabado en 1911. © BNF
Durante los trabajos de restauración de la Opera entre 1989 y 1990, se constata que dos de las urnas habian sido quebradas y es entonces que se le confían a la Biblioteca Nacional francesa para que proceda a su abertura en 2007. La operación es encomendada al Centro de investigación y restauración de los museos de Francia temiendo la probable presencia de amianto, confirmada ésta en el momento de la abertura de las urnas. En septiembre de 2008, en los espacios del departamento del Audiovisual, condicionaron un local rigurosamente conforme a las normas legales de impermeabilidad. Las urnas fueron sometidas a una depresión del aire y fueron abiertas únicamente dos de entre ellas: una de 1907 y otra de 1912. El 17 de septiembre de 2008 es extraído finalmente el primer disco. Se trataba de un disco de una sola cara de 25 cm de diámetro y una etiqueta manuscrita, todo en un excelente estado de conservación. Más tarde se realizaría una lectura analógica y una reproducción digital.
Del 18 al 23 septiembre, el contenido de las dos urnas es íntegralmente extraído. De la urna correspondiente al año 1907, fueron retirados doce discos de un diámetro de 25 cm de las marcas Gramophone Pre-dog y Zonophone, un diafragma Gramophone Exhibition de fabricación estadounidense, una caja de agujas de metal «Melba needles» y un ejemplar de piezas musicales manuscritas, depositadas igualmente en la época dentro de un cilindro de latón. Por otra parte, de la urna de 1912, fueron sacados doce discos de 30 y 25 centímetros, algunos con la marca de «La voix de son maître». En este segundo conjunto, mucho menos condicionado que el anterior, algunos ejemplares sufrieron roturas y rayaduras a causa del quebrado de las placas de vidrio entrepuestas entre ellos.


Los discos tal y como se encontraban en la urna n° 1 en el momento de su abertura y la recuperación de la urna n° 4 (1912) por los técnicos de Sobaten, en coordinación con el C2RMF y el departemento del Audiovisual de la Biblioteca Nacional de Francia, París, 17 de septiembre de 2008. © Foto: David Cueco/BNF.

Hoy, este tesoro sonoro limpiado y recuperado en ficheros digitales, podemos disfrutarlos en buena parte en la exposición virtual Les voix ensevelies que la Biblioteca Nacional Francesa nos propone en su página web. Todo esta listo para escuchar y asombrarse del camino recorrido en términos técnicos y estéticos de la edición fonográfica desde sus inicios. Ahí están las voces ocultas de una sexagenaria Adelina Patti, de Emma Calvé, Marguerite Mérentié, Julia Lindsay, y Nelly Melba; escoltadas por los timbres de Francesco Tamagno, Enrico Caruso, Jean Noté, Maurice Renaud, Hector Dufranne, y muchos otros más.






La soprano Adelina Patti (1843-1919) Wolfgang Amadeus Mozart, Don Giovanni, Acte I, "Batti, batti, o bel Masetto", Zerlina, Landon Ronald, piano. Gramophone Patti 03055 – Grabado en diciembre de 1905. © BNF.
















La soprano Emma Calvé (1858-1942). Georges Bizet, Carmen, Acte I, Habanera : "L’amour est un oiseau rebelle", con acompañamiento de orquesta. Gramophone Monarch 053118 – grabado en abril de 1907.














El baritono Jean Noté (1858-1922) Gaetano Donizetti, La Favorite, Acte II, "Pour tant d’amour", Alphonse XI, con acompañamiento de orquesta. Zonophone X-82474/5 – Grabado en 1906.

8 comentarios:

Güicho dijo...

Para este tipo de cosas es que se inventó la palabra extraordinaire.

Isis dijo...

Como dice Güicho.
Gracias, Javier.
Volveré encore, es para degustarlo más de una vez, con delectación infinita.

Anónimo dijo...

Exquisito articulo, Javier!

Eufrates del Valle dijo...

Delicioso articulo, estimado Javier. Vaya secreto se guardaba el Palais Garnier! Gracias miles por develarlo.

Zoé Valdés dijo...

Merveilleux! Como dicen todos, y volveré, como dice Isis.

La Mano Poderosa dijo...

No se, pero comparando las fotos del escultor Rodin durante esa epoca, se parece muchisimo al señor de barba blanca en la foto, parado al lado del cocinero... Sabes quien puede ser?

La Mano Poderosa dijo...

Voy a investigar esa foto. Como rodin fallecio ese a►4o, es posible que fue invitado a la ceremonia en 1907, al colocar los discos. Como fue considerado un genio tal como Victor Hugo (que ya habia fallecido, y fue amigo de Rodin), cae esa posibilidad que es el. Te dejare saber. Gracias, muy informativo. Quizas no es el, sera el 'Fantasma de la Opera"?

Anónimo dijo...

!!!Gracias!! !!!Javie!!! Me encanto tu articulo. Es verdaderamente muy bueno y la noticia esta muy bien resumida. Me quedé ahora con las ganas de ir al enlace y escuchar algunas de esas voces para la Eternidad. Todo esto me hace recordar el libro y filme de La maquina del tiempo, de Wells. !!!Cuanto ha evolucionado el mundo después de 1907!!! !!Cuanto cambiara, en dos o tres siglos mas!!!
Un abrazo, y gracias, Alejandro Canovas Perez